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Gestión del tiempo

Todo el mundo habla de tener tiempo, de que no tiene tiempo, de que el tiempo pasa muy rápido o muy lento; de que cada vez tiene menos tiempo para hacer cosas… Muchas veces queremos hacer más cosas de las que podemos hacer.

El tiempo ni es rápido ni es lento, es el que es, es nuestra interpretación del tiempo lo que hace que lo veamos e interpretemos de una forma u otra.

En verdad, no tenemos un problema de gestión de tiempo, sino que tenemos un problema sobre cómo nos gestionamos a nosotros mismos, de cómo invertimos las horas.

El día tiene las horas que tiene y cabe tener en cuenta, que tenemos que descansar, tanto a nivel físico como psíquico.

¿Qué ocurre? Que como somos muy exigentes con nosotros mismos, lo queremos todo y queremos llegar a todo: trabajo, hacer deporte, ocuparnos de la casa, ir a la compra, los hijos… Y pretendemos hacerlo todo y hacerlo perfecto.

Esto causa mucha ansiedad porque si intentamos hacerlo todo, no llegamos bien a nada. No sé puede estar con tu familia y correr para hacerlo todo; no puedes ir al gimnasio corriendo, hacer la clase y salir corriendo; quedar para cenar y llegar corriendo.  No solo no  tiene sentido sino que además no lo disfrutas.

Hay que ser consciente de que donde no se llega, no se llega, no lo podemos abarcar todo.

Luego tenemos los ladrones de tiempo, que son aquellos factores que nos impiden aprovechar el tiempo del que disponemos, que nos causan una interrupción, por ejemplo, estar trabajando en un documento y que te vayan saliendo en pantalla nuevos correos; el whatsaspp.

Recomendaciones

 En el caso de gestión personal:

  • aprender a organizarse, ¿realmente, que tengo que hacer hoy?
  • ver que es urgente y que puede esperar, planificar,
  • no ser tan exigente y querer abarcarlo todo.

Por ejemplo, puede ayudar por la noche, planificar el dia siguiente, agrupar tareas similares (ej. Comprar el pan, el super, ir a la tintorería siempre y cuando esté todo cerca).

  • saber decir no: a veces nos piden cosas y nos cuesta decir que no por el “que pensaran”, “no puedo hacerlo”, cuando el único que sufre las consecuencias si no llega, es uno mismo.
  • La televisión, hacer zapping.
  • Internet… blogs, redes sociales…
  • ¿qué me pongo? Dejar la ropa preparada el día anterior. Desayuno o mesa montada. 

En el caso del trabajo: 

  • definir objetivos y tareas clave del día, de la semana, del mes.
  • montar una escala de prioridades (se puede delegar, puede esperar 48 h, es necesario, es importante, es urgente?)
  • aprender a delegar,
  • cortar las interrupciones cuando se realiza una tarea: una llamada, correo, alguien que quiere algo, desconectar el móvil para concentrarse si se está realizando una tarea que requiere concentración, redes sociales, whatsapp.
  • Orden en las reuniones: cada cuanto son realmente necesarias, no alargarlas, que traten realmente los asuntos que importan.
  • Evitar la multitarea: saltar de un lugar a otro; acabar una cosa y luego a por otra.
  • Organizarse: con carpetas, subcarpetas, alarmas.

 

Referencias para leer: 

Ballenato, G. (2014). Gestión del tiempo. En busca de la eficàcia. Barcelona: Pirámide.

Davidson, J.P. (2000). La gestión del tiempo. Barcelona: Pearson Educación